Es el dilema que aparece cuando queremos un gato para que haga parte de nuestro mundo: comprarlo o adoptarlo. No existe una decisión mejor que la otra, todo depende de factores particulares para cada uno de nosotros, los cuales debemos tener claros antes de abrirle las puertas de nuestra casa a un ser que será como un hijo por el resto de la vida.

Lo primero a entender es que si nos gusta alguna raza en especial debemos conocer, no sólo las características físicas (pelaje, tamaño y peso en la adultez, predisposición genética a ciertas enfermedades, entre otras), si no el resto de aspectos que la definen (docilidad, tolerancia a la soledad, sociabilidad con otras mascotas y con humanos, nivel de energía, adaptabilidad a espacios cerrados o pequeños, adversión al agua, etc). Debemos evaluar todas las características en su conjunto y, de una manera racional, decidir si ese gato que tanto nos gusta, se ajusta a nuestro estilo de vida y estamos en disposición de darle los cuidados y atención que requiere. Si decidimos comprar, es importante acudir a un criadero certificado y reconocido que nos brinde toda la confianza.

Hay gatos que por diferentes razones no cuentan con una mano que los acaricie cada mañana, ni tienen la fortuna de un cálido sofá donde puedan tomar una plácida siesta, y en muchísimos casos; ni siquiera un tazón con un poco de comida. Algunos han nacido en las calles, otros han sido abandonados a su suerte cuando se hicieron mayores o cuando alguna enfermedad les borró su altivez y elegancia. Algunos otros incluso han sido arrebatados de las manos de la muerte después de haber sufrido abusos y maltratos. Estos gatos solo esperan una nueva oportunidad para superar sus penurias y llenar el corazón y el alma de quién esté dispuesto a acogerlos con los brazos abiertos. Si nuestra decisión es adoptar, es importante conocer todos los antecedentes posibles, desparasitarlos, vacunarlos, esterilizarlos y lo más importante darles el amor que la vida les arrebató o que nunca les dio.  Existen resguardos, fundaciones y hogares donde cientos de gatos esperan por alguien.

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