Guía Para Acariciar Tu Gato
Antes de acariciar un gato, sobre todo sino es el tuyo o no te conoce, es importante que conozcas esta guía básica y así evitaras incomodarlo y lograras ganar su confianza y aceptación.
Primero que todo debes observar cómo se siente con tu presencia, si se nota incomodo o demasiado tenso, desiste intentar acariciarlo, lo mejor es nunca forzar la situación. Si por el contrario se siente cómodo, acércate de manera amigable y relajada, llámalo por su nombre siempre con un tono de voz bajo, nunca con gritos.
Extiende tu mano con el puño semi-abierto y deja que te huela. Si esto sucede o incluso se frota contra tu mano, te está aceptando. Si esto no sucede, déjalo tranquilo, en otra oportunidad será.
Siempre acaricialo primero por su cabeza, preferiblemente en su frente o entre sus orejas, luego podrás acariciar con la yema de tus dedos su barbilla suavemente y con movimientos circulares. Si notas que le agradan tus caricias puedes seguir con su espalda empezando siempre por la parte superior y con la mano abierta. Notarás que se arquea e incluso ronronea, y puede que se frote contra ti. Es una señal de aceptación y confianza.
Un gato contento con tus caricias puede acostarse boca arriba exponiendo su barriga, pero ten cuidado: eso no significa que quiere que se la acaricies, los gatos a diferencia de los perros no les gusta que les toquen la barriga, sobre todo cuando no te conocen.
A la mayoría de los gatos no les gusta las caricias en la cola, pues es una parte muy sensible para ellos y casi ninguno tolera caricias en sus patas y en sus manos.
Siempre acaricialo suavemente, sin forzar la situación y cuando mueva la cola de un lado a otro rápidamente, te de un suave mordisco, o se aleje, la hora de las caricias ha terminado. Ellos siempre son los dueños de la situación.